11/04/2010












El Persa es uno de los gatos más conocidos y apreciados tanto por su aspecto elegante como por su carácter dulce y reservado. Este gato resulta muy llamativo y su porte es aristocrático y vistoso. Su instinto felino es mucho menor que en otros animales de su especie debido a que esta raza es resultado de una ardua labor de selección genética.


Características físicas

La cabeza es grande y redonda, con orejas pequeñas de puntas poco afiladas, bajas y tan separadas que sus caras internas están alineadas con los ángulos externos de los ojos.

El pelaje es largo, denso y extremadamente sedoso, con una capa interna abultada y una capa externa muy fina, de igual longitud en todo el cuerpo a excepción del inmenso collar que enmarca la cara.

La nariz chata, diminuta, está situada a la misma altura que los ojos, que son grandes, redondos y muy separados.

Presumido por naturaleza

Se trata de la raza de gatos con el carácter más tranquilo, sosegado y cariñoso: todo un 'tigre de sofá'. De naturaleza afable, congenia tanto con los humanos como con otros animales.

Presumido por naturaleza

Tiene un temperamento excepcionalmente apacible y doméstico que nunca ha conocido los instintos salvajes típicos de sus parientes felinos. Es tranquilo y se pasa la mayor parte del día durmiendo. Le gusta hacer ostentación de su belleza y saberse admirado.

Los gatos persas son gatos de línea genética muy pura. Esta peculiaridad les convierte en unos gatos muy difíciles de criar, empresa que aún culminada con éxito producirá camadas escasas, hasta el punto de que las camadas de tres gatitos son consideradas numerosas, ya que, generalmente, solamente tienen un único cachorro.

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